La negación de los catalanes como pueblo, como nación, como sujeto político soberano que tiene derecho a decidir si permanece integrado en una supraestructura política o se emancipa creando su propio estado se basa, argumentalmente, en que eso contradice a la Constitución española, y que ésta fue aceptada por los catalanes. Éste es el argumento intelectual que viste, de hecho, la razón de fondo, que es de tipo sentimental, como lo es el sentimiento de pertenencia a una patria o otra.