En el último sondeo electoral del Centre d'Estudis d'Opinió de la Generalitat de Cataluña el voto en blanco era el tercero en intención directa, con un 7,2%, detrás de los dos partidos de la alternancia "democrática" catalana, CiU (25%) y del PSC (17,5%).
Habitualmente el voto en blanco se analiza en los medios de comunicación del Sistema, al igual que la abstención, como el desencanto, desafección, etc. de los ciudadanos con sus representantes "democráticos".
Por otro lado en la izquierda transformadora solo nos acostumbramos a fijar en "nuestros" resultados electorales, que en nuestro pais es menester hacerlo con la ayuda de una lupa ;-)
Pero la tesis del que firma este artículo és que voto en blanco es también una muestra de la intención de voto futura a los partidos de los extremos del abanico político. O, mejor dicho, por superar el análisis electoralista, que en general no me interesa por no ir a lo substancial, el voto en blanco es un indicador del futuro apoyo social de las ideologías de extrema izquierda (y derecha).
¿Hemos de esperar, desde los partidos marxistas, que pasado mañana nuestras candidaturas cuenten con el respaldo significativo de la sociedad? ¿Que nuestros actos y manifestaciones sean multitudinarios y populares? No. La lógica, la misma que ya creo que usaron los marxistas del S.XIX, reza que las condiciones subjetivas han de ir acompañadas de condiciones objetivas. Que para que la gente tenga conciencia de clase, visualice que pertenecen a un colectivo explotado por otro colectivo, pequeño y poderoso, primero se debe dar la situación de degradación de las condiciones de vida de la gente. Por eso en los tiempos de la Rosa de Foc la gente de a pie tenía claro que estaban explotados, y tenían claro quienes eran los explotadores. ¿Cómo no tenerlo en un contexto en el que las niñas de 8 años, como mi bisabuela, empezaban ya a trabajar en las fábricas textiles? Hoy aún estamos a años luz (o a unos miles de quilómetros al norte, según se mire) de esa situación, ¿Nos encontramos así en nuestro país, en cualquier país de la cara "bonita" del mundo? No. Tan solo estamos empezando el camino de cuesta abajo, donde cada vez hay más gente angustiada para satisfacer sus necesidades básicas (vivienda, alimentación...) y otras que nos habían vendido como básicas (ocio, consumismo...). Y en esta situación, el voto en blanco y la abstención, reflejan la perplejidad y la incomprensión de la ciudadanía.
Será más tarde, si las condiciones socio-económicas continúan deteriorándose, como parece que va a suceder, cuando la gente pase de la incomprensión a la búsqueda de una salida, que desde hace más de un siglo, han abanderado los movimientos revolucionarios de izquierda y, también, el fascismo (agitando contemporáneamente en nuestros lares el espantajo de la inmigración como origen, y final, de la crisis).
Así pues, paciencia, que los procesos tienen sus tempos, sus etapas, y el marxismo no se va a comer el mundo pasado mañana, pero el voto en blanco, como el aumento de afiliación a movimientos políticos revolucionarios, marcan tendencia. Una tendencia que no está en nuestra mano mantener, como no está en las manos de un marinero el mantener el viento a favor, pero si que está en nuestras manos, cual timonel, pilotar para que la nave llegue a buen puerto.